Título: El Golem (Der Golem)
Dirección: Paul Wegener y Carl Boese
País: Alemania
Año: 1920
Duración: 85 min.
El Golem (Der Golem, 1920), de Paul Wegener, película basada en la novela homónima de Gustav Meyrink (1915), es una de las manifestaciones más sugerentes del cine fantástico y al mismo tiempo una obra maestra del llamado expresionismo alemán. Durante la segunda década del siglo XX surgió esta corriente, en concordancia con el movimiento pictórico del mismo nombre y de la misma época. El concepto principal que maneja el expresionismo es la introducción de otras parcelas artísticas dentro del cine, en particular en el diseño escenográfico, con un marcado sentido dramático en cuanto al uso de la luz, destacando el relieve y contorno de los objetos. Wegener expone en El Golem un desbordante escenario con decorados magnificados, de perspectivas imposibles, con texturas orgánicas, lo cual se convirtió en una seña de identidad de esta corriente tan intensa como breve.
La historia que nos narra esta cinta se ubica en Praga, alrededor de 1580. El gobernante de la ciudad decreta la expulsión de los judíos. Entonces, el rabino Loew -astrólogo y alquimista- crea un coloso de arcilla al que da vida mediante un conjuro, y lo convierte en su sirviente. Luego pide audiencia al emperador para solicitar la anulación del decreto; la audiencia es concedida y acude a ella en compañía de su creatura. Cuando el gobernante niega la petición, los muros de su palacio comienzan a derrumbarse, destrucción que se evita merced a la intervención del Golem, quien sostiene los muros. Como muestra de agradecimiento, el emperador cancela el decreto. Pero entonces el Golem parece tomar conciencia de su poder destructor, por lo que el rabino decide deshacerse de él…
El Golem no sólo es famosa por la riqueza y originalidad de sus imágenes, también lo es por ser la precursora de filmes como Frankenstein (James Whale, 1931) y, posteriormente, de toda la gama de robots, androides y cyborgs de la que el cine de ciencia ficción se ha nutrido en buena medida. En efecto, el personaje central de la película se convierte en un monstruo incontrolable, una atrocidad que debe ser destruida. Aquí cabe señalar la injusticia histórica cometida con la obra de Wegener, al ignorarla como precursora. Si bien es cierto que con Frankestein se creó una especie de icono mundialmente reconocido, no lo es menos que algunas de sus escenas no son sino un remedo de El Golem, película con una historia más sólida y mucho mejor filmada. Como en otras obras del movimiento expresionista y de la posterior ciencia ficción distópica, El Golem parece estar presintiendo épocas oscuras por llegar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario