Fue, por otro lado, autor de numerosos descubrimientos experimentales tales como la cámara oscura y la "linterna mágica" (también atribuida al jesuita Athanasius Kircher que le siguió en el tiempo), así como las primeras y rudimentarias ideas o propuestas sobre cómo construir un anteojo astronómico.
Situado siempre entre la ciencia y la magia o la fe y la superstición, fue uno de los autores que más contribuyeron a la formación del pensamiento científico moderno en la época de la Contrarreforma. Su obra Magia naturalis (1558) le dio fama europea y es el mejor reflejo de su personalidad. Al ingenuo fervor con que participó en la búsqueda de la piedra filosofal y al ambiente de prodigio en que a veces gustó envolver sus descubrimientos, se oponen el rigor de sus investigaciones y la importancia de algunas de sus conclusiones. Se le debe la invención de la cámara oscura; Kepler y otros le atribuyen cierta prioridad en la construcción de los telescopios. Viajó por Italia, Francia y España, y fue acusado repetidamente de brujería por la Inquisición.
Los últimos años de su vida estuvieron singularmente dedicados al teatro y a estudios sobre la atmósfera. Se le atribuyen veintinueve comedias, de las cuales conservamos catorce, notables por el realismo de las situaciones y ciertas audacias y exuberancias de lenguaje que anuncian el teatro barroco.
Libros
Magia naturalis, 1558 (definitiva, 1589)
Criptología
Ars reminiscendi, 1566
De humana physiognomonia, 1586 y 1601.
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