Beleño, Hyoscamus niger: Planta de Júpiter, simboliza el silencio.
El beleño, que recibe su nombre del dios celta Belenos, fue el enteógeno más conocido durante toda la Edad Media europea. Sus frutos eran, al igual que los del estramonio, imprescindibles en la elaboración de cualquier poción mágica digna de tal nombre. El humo producido por el beleño provoca sueño y alucinaciones, por lo que fue utilizado por profetisas de todas las épocas...y también por ladrones que querían dormir a sus clientes y robarles la cartera. Es, además, un afrodisíaco.
Entraba en la composición del llamado "ungüento de las brujas" y en diversos compuestos para realizar hechizos maléficos como los polvos de la maldición.
Algunos libros de magia afirman que el humo de sus semillas, quemadas a la hora de Saturno, provoca riñas violentas en la casa donde se quemaron.
Sin embargo tiene una aplicación muy positiva: Atando con cinta verde unas hojas de beleño y una concha marina a una vara de madera, se moja ésta en agua de lluvia o de manantial y se exorcisa el campo para que no le falte el agua.
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